MOTÍN A EL MUTINERIE: HUELGA DE ÁRABES Y NEGRAS

La Mutinerie, bar del Marais a París, pretende definirse como un bar político: “feminista, antiracista anticolonialista, por y para las mujeres, bolleras, trans y queers”. Quiere ser un colectivo político, horizontal y participativo. Con talleres a precio libre, proyecciones, debates, eventos incluyendo reflexiones entre dominantes y dominadxs.

Nosotrxs – provenientes de la inmigración neocolonial y de la trata (referencia a la historia colonial y de esclavagismo), provenientes de la periferia y de entornos rurales, todxs pobres y, en consecuencia, sin herencia, precarixs en cuanto al trabajo y al alojamiento, cargando con nuestros alquileres y familias, sin redes propias, sin el tiempo necesario para adquirir un capital cultural o militante, etc. – somos empleadxs del Motín.

Sin embargo, corriendo el riesgo de caer en una precariedad aun más grande, denunciamos, ahora públicamente, la organización y la explotación sexista, racista y clasista que hay en este bar. En este texto, denunciamos la dominación que ejerce el dueño sobre sus empleadxs, la dominación de lxs blancxs por encima de lxs otrxs y la reproducción de patrones heterosexistas y neocoloniales.

En vista del renombre internacional que se ha ido forjando el bar sirviéndose de nuestra imagen y de nuestras luchas, hemos escogido difundir el máximo posible este texto con el objetivo de que todo el mundo sea consciente de qué es lo que está pasando ahí.

Este bar “rechaza estar ignorando el clasismo”, sin embargo desde el principio:

Diferencia de salario: Nos pagan entre 200 y 400 euros al mes sin declarar, mientras el equipo de gestión gana de 5 a 10 veces más por mes, como mínimo.

Falta de derechos laborales: Ciertas personas se benefician de la posibilidad de que se les paguen los taxis, de tener pausas verdaderas y pagadas para las comidas, de tener vacaciones pagadas, de cerrar más pronto, de bajas por enfermedad, de adelantos extraordinarios, de ser pagadxs por el bar y la seguridad social durante sus bajas (y qué bien) mientras que una de nosotras no ha cobrado durante los días en que ha estado hospitalizada, por ejemplo. Basadxs en una dominación clasista, refuerzan lxs ricxs en sus privilegios y sobretodo rechazan retirárselos, en lugar de buscar una repartición justa que beneficie a quienes la condición inferior es considerada como normal.

Diferencias de trato: Ciertxs performistas, particularmente lxs performistas empleadxs del equipo, pueden cobrar hasta 200 euros por un cuarto de hora, lo que corresponde a un mes del salario de la mayoría de nosotras. De esta manera, se están llevando a cabo remuneraciones del trabajo distintas. Además, mientras que ellxs se cobran directamente de la caja, nosotras tenemos que mendigar lo que se nos debe hasta el punto de sentirnos ilegítimas.

Verdadera explotación económica: La confusión mantenida en el bar entre un colectivo político o un lugar comercial ha permitido al jefe conservar diversos privilegios y explotarnos. Haciéndonos creer durante meses que corría el riesgo de tener que cerrar el bar, haciendo hacer “voluntariado” para rescatarlo, organizando una colecta en internet para “salvar el bar” (el dinero de la cual no conocemos). Nos enteramos de que lo ha comprado (compra de fondo de comercio1) a su nombre hace alrededor de un mes. Hace él mismo la contabilidad del bar…

Sin embargo, el fin de semana somos nosotras quien asegura la principal entrada de dinero que le ha servido para convertirse en propietario del bar. Es un aval alguien que ha invertido un dinero pensando en participar de un bar con una organización horizontal, que ha proporcionado una parte de la fianza necesaria para el alquiler. Desde entonces, en apoyo al proyecto, él se ha retirado del proyecto hasta nueva orden. Nuestro trabajo ha podido asegurar la continuidad y el nombre de el Motín: en un año, lo que se ha hecho pasar por un proyecto colectivo y un bar autogestionado, es en realidad ni más ni menos que un bar capitalista como los otros en el cual el jefe se ha convertido en propietario.

Este bar se vende como “antiracista anticolonialista”, sin embargo nosotras sufrimos:

Una estigmatización racial: rumores infundados en listas de trabajo colectivo designando ciertas personas como ladrones (lxs arabes), juzgando a otrxs como demasiado lentxs (lxs negrxs del equipo).

Una repartición racial de las tareas : de manera general, la limpieza y los encargos estaban cubiertos sólo por nosotras. El equipo de gestión rechazaba limpiar el baño y se convirtió en una verdadera novatada para ciertas de nosotras desde el principio de su llegada al equipo. Nunca se nos confió ninguna responsabilidad a la hora de decidir, aunque fuera una simple consulta para hablar de nuestros propios horarios.

Una repartición racial del tiempo de trabajo : lxs negras y lxs árabes trabajan exclusivamente juntxs los fines de semana porque lxs blancxs rechazan trabajar con nosotrxs (demasiado lentxs, demasiado violentxs). Se añade a esto que el sueldo del fin de semana no es superior a el de entre semana…

¿Cómo nos volvemos agresivas?

Las personas racializadas trabajan entonces sólo entre ellas y únicamente los fines de semana. Son los días en los cuales hay más trabajo, más clientes ( hacer la limpieza y los encargos acumulados de la semana ). El fin de semana corresponde también a las mayores entradas de dinero, a una gestión de personas más violentas ( alcoholizadas, bajo efecto de sustancias, racistas, sexistas, lesbófobas, etc.). También implica tener que lidiar con la policía a menudo (más de una vez pillan nuestros datos mientras trabajamos sin estar declaradas), varias de nosotras han sido agredidas ( ropa, ropa interior cortada), tocadas (nalgas, tetas). Y todo esto en la indiferencia total y con casi el desprecio del equipo de gestión del bar mientras dan una atención desmesurada a caprichos de confort1 de este mismo equipo. Las agresiones que hemos sufrido han participado, además de la indiferencia que hemos recibido, a hacer de nosotras personas violentas. Espejo de la sociedad…

Este bar combate la heteronormatividad y se dice feminista mientras nosotras sufrimos :

La noción de consentimiento : este lugar se revindica feminista pero tolera ocupaciones del espacio en cuanto a visibilidad y poder de personas con comportamientos dudosos y abusivos. Además, generalmente ignoran esos comportamientos en función de la popularidad de las personas implicadas.

Una dominación de género : el patrón nos posee. Él – blanco, de visibilidad social heteromasculina, patrón de un bar y en interacción íntima con las principales implicadas – propone trabajo a mujeres, árabes, negras, originarias de suburbios, sin trabajo… a las que codicia afectivamente. Mantiene relaciones sexuales (disimuladas) con (por lo menos) cuatro de sus empleadas, ninguna de las cuales está declarada. Ademas de mantenerlas con otras personas del colectivo del Motín. También instaura una relación de dominación/privilegio sobre sus empledas- amantes.

Crear una competición sexista : mentiras y amplios favores financieros que crean rivalidades entre lxs empleadxs ( declaradxs/no declaradxs, negrxs/blancxs, burguesxs/proletarias…). Dividir para asentar su reino, el bar se convirtió en un verdadero harén capitalista. Todo se convierte en un favor concedido por el buen patrón en una red de influencias y de conflictos de intereses motivados por el dinero, el sexo y orgullo.

Silencio y violencia : Numerosxs son lxs que sabían pero que eligieron no decir nada, disimulando y mintiendo. No se renuncia tan fácilmente a los privilegios: ser la preferida del patrón, tener el alquiler pagado, tener más fechas de trabajo, ser administrador, performista, grafista o otra cosa para el Motín, tener un lugar donde ligar y tomar una copa, tener buena consciencia mientras tienes delante de los ojos la expresión más directa de la explotación económica y de las sobrevivencias neocolonialistas. Mientras nuestras múltiples críticas y comentarios fueron siempre ignorados, deformados, invisibilizados o reducidos a conflictos personales, siendo despolitizados, se nos está ahora reprochando no habernos « atrevido » a hablar antes.

Difamación y exclusión : algunas de nosotrxs se han opuesto a este funcionamiento desde meses.

También se rechazó tentativas de comprar el silencio de algunas1. Entonces el patrón intento despedir una de nosotrxs. Primero apoyándose en las rivalidades entre empleadas-amantes que había creado él. Después organizando una verdadera campaña de difamación sexista2, de rumores y acusaciones racistas3 con el objetivo de organizar una votación del equipo de gestión para excluirla, sin ni siquiera informar a ella ni a nosotrxs. Esa campaña de desacreditación contra la empleada « a despedir » implicó la ocultación de un acta de asamblea. Es en este ambiente que « la empleada a despedir » se sintió obligada a irse (sin cobrar).

Otras la apoyaron y se solidarizaron por estar en su misma situación. Aquí empieza un posicionamiento organizado y público y el final de la creencia ilusoria en los arreglos internos. El verdadero Motín empieza por fin.

Denunciamos este sistema neocolonial 4 :

¿Cómo han podido negar los beneficios conseguidos mediante nuestro trabajo? ¿Cómo pudieron no darse cuenta de los privilegios del cual se beneficiaban? ¿Y cómo pudieron no darse cuenta de una tal usurpación ? Su comodidad estaba directamente vinculada a nuestra precariedad durante meses. Su nivel de vida cambió sustancialmente delante de nuestros ojos, mientras nos humillaban y explotaban políticamente y profesionalmente. Ahora sólo podemos afirmar la ilegitimidad de sus presencias. Este bar, neocolonial y capitalista, se sirve del poder de atracción exótico de sus camareras para noches VIP de los fines de semana y de la imagen de nuestras luchas para explotarnos mejor.

Por otra parte, esas personas negras y árabes que sirven de marioneta, que creen aun en la ilusión republicana, que esperan la asimilación o performan su raza dentro de un folklore despolitizado, no pueden servir de pretexto a la igualdad o para oponernos. Está claro que no pensamos todas igual…

Una vez la situación conocida en los pasillos del colectivo más amplio del Motín, sólo podemos constatar la reacción egocéntrica e inconsecuente de las personas blancas que temen por su fama porque están implicadas. Mayoritariamente cómplices y silenciosas que ven, se callan, participan de este sistema.

Somos conscientes que esas opresiones están también presentes en nuestros espacios de militancia blancos izquierdistas, los conocemos por haber formado parte de esos movimientos feministas, de extrema izquierda, antiracista… Desgraciadamente, esas conclusiones siguen muy presentes en numerosos ámbitos que revindican la militancia.

Nos ponemos en huelga ilimitada, sin condición e inmediata.

Exigimos un cambio inmediato de los estatus legales del bar, que la dirección y el fondo de comercio sean colectivizados, y además la dimisión de lxs racistas del equipo. Queremos ser parte del reequilibrio del bar y de la redistribución de los papeles de decisión.

Exigimos que quede parada la organización de eventos políticos hasta que se tomen nueva medidas. La bases políticas por escrito tienen que sacarse del bar y de todos los webside que se refieren al Motín. Queremos también que este texto esté colgado en el bar a partir del día de su aparición.

Exigimos el pago de todo lo que no nos fue pagado antes : día libre, día de baja por enfermedad y el pago retroactivo con una aumentación para el trabajo de los fines de semana, horas de compras y de limpieza hechas desde el principio. Aquellxs de nosotrxs que rechazaron volver al trabajo tendrán que beneficiarse de una indemnización de paro consecuente.

Exigimos el reconocimiento oficial de los daños sufridos por las personas afectadas y el reconocimiento de la reproducción de las opresiones de raza de clase y de sexo en este sitio.

Para acabar, queremos excusas públicas.

1 Es una noción jurídica del derecho francés que se define como una “propriedad comercial”. Constituye una unidad económica para fines comerciales. Se compone de elementos corporales (material, equipamiento) y acorporales (clientela) . Materializa y valoriza la posición de la empresa de cara a su clientela en el sector de la venta o del servicio directo a la clientela. Puede ser explotado por el propietario de “las paredes del local” que tiene esa actividad o, muchas veces el propietario del fondo de comercio alquila el lugar…

1 Intercambiar los horarios de trabajo en el último momento, tomar el trabajo de lxs demás como les da la gana y en función de lo pesado que es, nunca trabajar solxs. Cuando somos clientas peor, nos pidieron de sustituirles varias veces en la misma noche, de cambiar los barriles de birra o gestionar los encargos en su lugar… Es la cultura de la empatia selectiva que se aplica sólo a ciertas personas.

1 indemnizaciones personales, más días de trabajo para algunas, trabajillos de bricolaje, de limpieza, de poner orden…

2 una de nosotras fue acusada equivocadamente de haber tenido relaciones sexuales en la despensa durante un registro del bar por la policia y/o abandonando el bar y dejando los clientes sirviéndose…

3 algunos miembres del equipo de gestión han rechazado siempre hasta hoy hablar con ciertas de nosotras, para apoyar falsas acusaciones, amenaza de recurrir a supuestos testigos del robo, de agresiones a una miembro del equipo, de trabajo mal hecho, de falta de profesionalismo e incluso, acusaciones de comportamientos abusivos !!!

4 A. Memmi «Retrato del colonizado, Retrato del colonizador», Edición Corréa, 1957.

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